sábado, 14 de mayo de 2016

Algunos consejos y precaución que debes tomar antes de usar los tampones por primera vez

¿Ya has tenido tu primer período y te gustaría encontrar un producto sanitario que te haga sentir tan cómoda como si no llevaras nada?

Si te gusta hacer deporte y llevar jeans bien ajustados, quizás hayas pensado en usar tampones, pero tienes sus reservas y muchas preguntas.

Es normal que sientas desconfianza ante algo nuevo y desconocido para ti, y hasta beneficioso porque eso te lleva a buscar información y asesoramiento.

Para que pierdas el miedo, aquí te contamos los mitos y las verdades sobre el uso de los tampones. Los tampones son unos productos que puedes utilizar durante tu período, en lugar de las tradicionales toallas femeninas de algodón, que se adhieren a tu ropa interior.

 Están hechos de algodón comprimido, en forma de tubo pequeño, para que puedas introducirlo dentro de la vagina.

 Una vez allí, absorben la sangre sin que te des cuenta. Esto es absolutamente inofensivo, aunque hay muchos mitos y temores relacionados a su uso.

El más común de todos: ¿puedo usar tampones si soy virgen? Por supuesto que sí. Aunque muchas personas todavía creen que el uso de los tampones puede hacer que pierdas tu virginidad, están en un error.

Es un mito que debes desterrar y vamos a aclararte por qué. Una persona es virgen cuando nunca ha tenido una relación sexual.

No se deja de ser virgen porque uses o no un tampón. La confusión viene por lo siguiente: las mujeres vírgenes tienen una membrana muy delgada llamada himen que cubre parcialmente la entrada a la vagina, que es por donde sale la sangre durante de la menstruación.

El himen es muy elástico, se estira con facilidad y puede permitir perfectamente la entrada de un tampón.

 Hay ocasiones en que el himen se rasga o se rompe en caso de que la mujer realice actividades muy bruscas, como montar a caballo, hacer gimnasia, etc. Eso tampoco implica la pérdida de la virginidad.

La virginidad se pierde cuando la mujer tiene su primera penetración sexual, en la que el himen se rompe completamente. Así que recuerda bien, usar tampones no te hará perder la virginidad.

Tener relaciones sexuales, sí. Seguro que me va a doler. No te preocupes, es cuestión de práctica. Es posible que te moleste un poco al insertarlo por primera vez, pero las molestias irán disminuyendo a medida que te acostumbres a hacerlo.

Lo mismo ocurre al quitarlo, ya que su tamaño se habrá expandido y será más grueso. Si bien es cierto que colocarte y quitarte el tampón puede ser incomodo, sobre todo al principio, no debe generar dolor y con el tiempo te acostumbrarás a la sensación.

Una técnica recomendada para quitarlo es tirar del hilo de manera firme, sin prisa pero sin pausa, y siempre tratando de mantenerte relajada y tranquila.

¿Cuál me conviene más? 

Ten en cuenta que actualmente existen distintos modelos de tampones que buscan facilitar su colocación, de acuerdo a las preferencias de cada mujer: algunos incluyen un aplicador, otros tienen la punta más redondeada para quienes recién comienzan a usarlos y los hay de diferentes formas y tamaños.

Cuando se acostumbran a usarlos, muchas mujeres se olvidan que lo tienen puesto y se colocan otro sin darse cuenta.

Esto puede ser peligroso ya que, como en el caso anterior, la sangre acumulada del tampón puede causar infecciones si se mantienen mucho tiempo dentro de la vagina. 

¡Cuidado con el tiempo de uso! Cambia el tampón cada cuatro horas, de esa manera evitarás que el tampón se agrande demasiado.

Te será más fácil extraerlo y te mantendrás más limpia y cómoda. Este tiempo puede variar según, la intensidad del flujo (la cantidad de sangre).

Sobre todo en los días de flujo más intenso o durante la noche, te conviene combinar el tampón con una toalla sanitaria fina adherida a la ropa interior, sólo para evitar mancharte en caso de que haya algún pequeño derrame de sangre.

También te recomiendo que intercales el uso de toallas higiénicas y tampones para evitar irritaciones.

Si te sientes muy irritada, se tienes dolor o picazón, deja de usar el tampón. 

¡Cuidado con el Síndrome de Choque Tóxico! (o Síndrome de Shock Tóxico - TSS, por su sigla en inglés).

Esta es una reacción tóxica del cuerpo a una infección provocada por una bacteria, que debe ser atendida con urgencia porque puede provocar problemas graves de salud.

Puede producirse por varios motivos y uno de ellos es el usar un tampón durante muchas horas o cuando un tampón se queda dentro de la vagina (como te explicamos anteriormente).

Realmente no es muy común que suceda, pero no está de más que conozcas los síntomas para que puedas actuar ya que es una emergencia.

Fiebre alta que aparece de repente ·
Una erupción en la piel como quemadura solar ·
Diarrea · Mareos, sensación de desmayo y/o desmayo ·
Vómitos.

Si todavía tienes dudas o miedo de usar estos productos, ten en cuenta que no hay motivo para que te pierdas el próximo campamento con tus amigas o un día en la piscina en el club: ¡puedes usar tampones con confianza!.

Muchas adolescentes y muchas mujeres los usan sin problemas y hasta los prefieren en lugar de las toallas femeninas, que son más voluminosas.

Si te acostumbras, en verdad pueden ser una solución práctica y discreta para varias situaciones que, de otro modo suspenderías a causa de tu período. Fuente: Vida y Salud
 

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