Un estudio elaborado por investigadores argentinos permite un diagnóstico precoz, muy anterior a la instalación del trastorno neurodegenerativo.
Esto hace posible demorar la aparición de la enfermedad.
"Con esta tecnología, se pueden ganar diez años y eso permite actuar antes de que la enfermedad destruya tanto el cerebro que ya sea imposible intervenir", dijo a la prensa local el psiquiatra Fernando Taragano, director del proyecto que lleva adelante el CEMIC (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas "Norberto Quirno"), en conjunto con homólogos de España, Estados Unidos, Italia, China, Francia, Canadá y Taiwán.
"Tenemos altos porcentajes de probabilidad de obtener un diagnóstico precoz en el momento en que el paciente presenta síntomas mínimos de trastorno cognitivo.
¿Para qué? Para que no llegue al consultorio cuando ya sea tarde para ayudarlo", explica María Bastianello, jefa del Servicio de Medicina Nuclear del CEMIC e integrante del equipo médico que lleva adelante la investigación, en un artículo publicado en la página web del centro.
Hasta ahora, entre la aparición de los primeros síntomas y el establecimiento de un diagnóstico seguro transcurrían varios años.
Con los actuales exámenes, será posible establecer con certeza de inmediato si el paciente padece el trastorno en el metabolismo de la proteína beta amiloide, característico del Alzheimer.
La tecnología a la que apeló el Cemic es una combinatoria de tomografía por emisión de positrones con un marcador radiactivo, el AV 45, que detecta las placas amiloides que se van formando en el paciente que tiene alterado el metabolismo de la proteína beta amiloide.
El estudio dura alrededor de una hora ya que, luego de inyectar el marcador por vía endovenosa, se debe esperar entre 45 y 50 minutos para que éste se pegue a las placas. Unos 15 minutos más son necesarios para tomar las imágenes.
La presencia de esas placas, sumadas a los síntomas cognitivos, es un signo seguro de que el paciente desarrollará el Alzheimer. Cualquier persona que tenga antecedentes familiares de este trastorno o comience a tener perturbaciones de la memoria podrá entonces sacarse la duda y tomar precauciones.
Los síntomas ante los cuales el Cemic recomienda realizar estos estudios son el olvido de nombres, lugares o hechos recientes y la disminución de la velocidad del habla. Estos signos deben haberse iniciado de modo gradual y estar presentes durante al menos un año.
¿Qué puede hacer el paciente que recibe este diagnóstico? Según el doctor Taragano, las posibilidades van desde la terapia farmacológica a programas muy estrictos de estimulación aeróbica (caminata, natación) y cognitiva, que pueden retrasar la aparición de los síntomas.
Esto hace posible demorar la aparición de la enfermedad.
"Con esta tecnología, se pueden ganar diez años y eso permite actuar antes de que la enfermedad destruya tanto el cerebro que ya sea imposible intervenir", dijo a la prensa local el psiquiatra Fernando Taragano, director del proyecto que lleva adelante el CEMIC (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas "Norberto Quirno"), en conjunto con homólogos de España, Estados Unidos, Italia, China, Francia, Canadá y Taiwán.
"Tenemos altos porcentajes de probabilidad de obtener un diagnóstico precoz en el momento en que el paciente presenta síntomas mínimos de trastorno cognitivo.
¿Para qué? Para que no llegue al consultorio cuando ya sea tarde para ayudarlo", explica María Bastianello, jefa del Servicio de Medicina Nuclear del CEMIC e integrante del equipo médico que lleva adelante la investigación, en un artículo publicado en la página web del centro.
Hasta ahora, entre la aparición de los primeros síntomas y el establecimiento de un diagnóstico seguro transcurrían varios años.
Con los actuales exámenes, será posible establecer con certeza de inmediato si el paciente padece el trastorno en el metabolismo de la proteína beta amiloide, característico del Alzheimer.
La tecnología a la que apeló el Cemic es una combinatoria de tomografía por emisión de positrones con un marcador radiactivo, el AV 45, que detecta las placas amiloides que se van formando en el paciente que tiene alterado el metabolismo de la proteína beta amiloide.
El estudio dura alrededor de una hora ya que, luego de inyectar el marcador por vía endovenosa, se debe esperar entre 45 y 50 minutos para que éste se pegue a las placas. Unos 15 minutos más son necesarios para tomar las imágenes.
La presencia de esas placas, sumadas a los síntomas cognitivos, es un signo seguro de que el paciente desarrollará el Alzheimer. Cualquier persona que tenga antecedentes familiares de este trastorno o comience a tener perturbaciones de la memoria podrá entonces sacarse la duda y tomar precauciones.
Los síntomas ante los cuales el Cemic recomienda realizar estos estudios son el olvido de nombres, lugares o hechos recientes y la disminución de la velocidad del habla. Estos signos deben haberse iniciado de modo gradual y estar presentes durante al menos un año.
¿Qué puede hacer el paciente que recibe este diagnóstico? Según el doctor Taragano, las posibilidades van desde la terapia farmacológica a programas muy estrictos de estimulación aeróbica (caminata, natación) y cognitiva, que pueden retrasar la aparición de los síntomas.
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