miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un estudio argentino que permite diagnosticar y tratar mejor la patología ovárica

Especialistas del Instituto Diagnóstico Médico crearon una escala para clasificar los resultados de una ecografía de ovarios.

Aseguran que tan importante como el diagnóstico ecográfico confiable es el reporte de los hallazgos de una forma clara, ordenada y estandarizada.

El estudio desarrollado por el equipo médico del Instituto Diagnóstico Médico recibirá un premio en el 96th Scientific Assembly and Annual Meeting of the Radiological Society of North América – Congreso de Radiología más importante a nivel mundial - y que se desarrollará entre el 28 de noviembre y el 3 de diciembre en Chicago, en los Estados Unidos.

El trabajo fue solicitado por la Sociedad Americana de Radiología para ser publicado en una de sus revistas Radiology o Radiographics (The journal of continuing medical education in radiology).

Aplicación de una nueva clasificación ecográfica de las imágenes ecográficas anexiales, es el nombre que recibe el estudio realizado por el equipo de médicos liderado por la doctora Claudia Vicente del instituto Diagnóstico Médico.

El equipo médico está integrado por: doctora María Victoria Suarez, doctora Laura Dragonetti, doctor Alfredo Buzzi, doctora Marina Lucchesi y doctora Nadia Lochocki.

Para la realización del mismo, se evaluaron a 3.500 pacientes en un lapso de 18 meses a quienes les realizaron una ecografía transvaginal bidimensional en escala de grises y, en aquellas que presentaron masas anexiales, se complementó el examen con un estudio Doppler Color que permitió evaluar su vascularización.

Siguiendo recomendaciones internacionales para la evaluación de las imágenes, las mismas fueron caracterizadas según “patrones de reconocimiento” y les asignaron una categoría en la clasificación GI-RADS.

Así, el ginecólogo de cada paciente decidió la conducta terapéutica, seguimiento o cirugía. Luego compararon los resultados con la categoría GI-RADS asignada previamente.

Los resultados obtenidos fueron similares a los reportados por otros autores de Chile, India y España, encontrando que la clasificación, al tener una alta sensibilidad y especificidad para detectar y caracterizar masa anexiales, facilita la comunicación entre el ecografista y el ginecólogo.

De esta manera, se cumple con el objetivo principal, que es favorecer a la paciente brindándole el mejor tratamiento.

Debido a que es muy amplia la variedad de imágenes que pueden aparecer en el examen ecográfico de los ovarios, resulta sumamente importante caracterizarlas correctamente, poder decir cuáles muy probablemente son funcionales y desaparecerán durante el seguimiento, cuáles impresionan como tumoraciones benignas o procesos inflamatorios y cuáles presentan características sugerentes de malignidad.

“Creemos que esta clasificación tiene una aplicación clínica validada por los resultados obtenidos y es de gran importancia porque contribuye a optimizar la elección del tratamiento de las pacientes con masas anexiales”, declaró la doctora Claudia Vicente, jefa de Ecografía y Doppler del Instituto Diagnóstico Médico y coordinadora del estudio.

El doctor Alfredo Buzzi, presidente de la Sociedad Argentina de Radiología enfatizó “que tan importante como el diagnostico ecográfico confiable es el reporte de los hallazgos de una forma clara, ordenada y estandarizada, de modo que el ginecólogo que recibe nuestro informe pueda entender que quisimos decirle acerca de la masa ovárica hallada, ya que además de tener en cuenta el cuadro clínico va a tomar la conducta terapéutica orientado por el informe ecográfico.

Y entonces decidirá que pacientes requieren solamente seguimiento y cuales necesitaran tratamiento quirúrgico, y en este punto, de acuerdo a la probabilidad de benignidad o malignidad, quienes se beneficiaran con una cirugía laparoscopia o necesitaran una de mayor envergadura llamada citoreductiva, la que idealmente deberá realizar un ginecólogo oncólogo para optimizar el tratamiento”.

GI-RADS (Gynecologic Imaging Reporting and Data System)

Frente a la misma problemática en el diagnostico radiológico mamario, el Colegio Americano de Radiología introduce en el año 1993 la clasificación BI-RADS (Breast Imaging Reporting And Data System) que, con algunas modificaciones es ampliamente utilizada en la actualidad, e incluso se ha extendido al diagnostico mamario por ecografía y resonancia magnética.

Siguiendo este concepto el doctor Fernando Amor y colaboradores, de Santiago de Chile, publicaron (2007 y 2009) la clasificación GI-RADS (Gynecologic Imaging Reporting And Data System), tendiente a simplificar y estandarizar el informe de las imágenes ecográficas anexiales.

Esta clasificación, ordena los hallazgos morfológicos y los clasifica en 5 categorías: GI-RADS 1 a los hallazgos normales, GI-RADS 2 a las masas de origen funcional, GI-RADS 3 a la patología probablemente benigna no funcional, GIRADS 4 a los hallazgos de mediano riesgo de malignidad y GI-RADS 5 a los hallazgos con alta probabilidad de malignidad.

Además, se puede considerar otra categoría, GI-RADS 0, para aquellos casos en que el diagnostico no es concluyente, ya sea por dificultades técnicas en la realización del estudio o porque la patología hallada es probablemente de origen no ginecológico y deberá evaluarse con otros estudios (ejemplo resonancia magnética o tomografía).

“El equipo médico se encuentra actualmente realizando la segunda fase del estudio, que consiste en darle una subclasificación a la categoría GI-RADS 4, a fin de definir con mayor precisión el grado de riesgo de malignidad de los diferentes grupos de imágenes englobadas en esta categoría, lo que nos permitirá ser mas específicos en nuestro objetivo diagnostico y contribuir así con la decisión terapéutica mas beneficiosa para la paciente”, señalaron la doctora Claudia Vicente y la doctora María Victoria Suárez.

Cáncer de ovario y patología ovárica

El diagnóstico y manejo de las masas anexiales representa uno de los mayores problemas en Ginecología, no sólo porque en la pelvis femenina coexisten una serie de órganos, no todos de la esfera ginecológica, sino además porque en el ovario pueden observarse variaciones fisiológicas normales durante el transcurso del ciclo menstrual, o anomalías, algunas de menor trascendencia como patología inflamatoria o tumoral benigna y otras de mayor gravedad como el cáncer de ovario.

En nuestro país, el cáncer de ovario ocupa en la actualidad el tercer lugar entre los tumores malignos ginecológicos precedido por el de cuello uterino y el de endometrio.

En los países desarrollados, donde el cáncer de cuello uterino tiene una baja incidencia gracias a los programas de detección masivos, el cáncer de ovario constituye la primera causa de muerte por cáncer ginecológico.

Se calcula que 1 de cada 70 mujeres globalmente desarrolla esta enfermedad. Si bien el cáncer de ovario puede presentarse a cualquier edad, lo hace con mayor frecuencia en la postmenopausia.

Menos del 10% de los casos tiene un componente hereditario, en mujeres con fuertes antecedentes familiares de cáncer de ovario, mama o colon portadoras de los oncogenes BRCA 1 y BRCA 2.

La introducción del ultrasonido para fines diagnósticos en 1957 por Ian Donald, fue el avance diagnóstico más importante en Ginecología y Obstetricia y existe consenso actualmente tanto en ginecólogos como en imagenologos acerca de considerar a la ecografía transvaginal como el método de elección y de primera línea para la evaluación de los ovarios y las regiones anexiales.

La ecografía TV es un procedimiento diagnóstico indoloro, de bajo costo y que puede estar al alcance de todas las mujeres. Aumenta su rendimiento diagnóstico al combinarlo con el examen Doppler Color que permite evaluar la vascularización de la masa hallada. Vía: Saludable
 

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