Las disfonías o cambios en la voz que se prolongan durante más de una semana pueden estar indicando patologías benignas o malignas, o un mal uso de la voz, que a la larga puede causar problemas.
Cuando hay un problema en las cuerdas vocales, la voz sale ronca, rasposa, apagada o entrecortada. Estos cambios, agrupados bajo el nombre de “disfonía”, por lo general se deben a un esfuerzo: haber ido a la cancha, haber estado en una discoteca donde el nivel de ruido era muy elevado, etc. Pero si la voz no mejora con los días, puede deberse a una enfermedad.
“Los cambios en la voz son herramientas para predecir enfermedades. Siempre que la disfonía dura 10 días o más, es necesario consultar al otorrinolaringólogo para descartar patologías orgánicas o funcionales detrás”, explicó el Dr. Ricardo Serrano, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario
Austral y especialista en Laringología y Cuidado de la Voz Profesional.
Quienes trabajan con la voz deberían consultar una vez al año al otorrinolaringólogo.
Las patologías detrás de una simple disfonía pueden ser de tipo funcional u orgánico:
Funcionales.
Están causadas por abuso o mal uso de la voz: hablar en exceso o más fuerte que lo normal, gritar, forzar la voz, cantar con una técnica inadecuada, inhalar humo de tabaco u otros gases o beber alcohol.
El “grupo de riesgo” está constituido por los profesionales de la voz –cantantes, docentes, profesores de educación física, vendedores ambulantes, recepcionistas, “que si no adoptan una cultura vocal son propensos a desarrollar enfermedades orgánicas en un futuro”, advirtió el Dr. Serrano. Enfatizó la importancia de “educar la voz”: “Si llega un paciente al consultorio con una patología funcional, se lo deriva a una foniatra que lo reeduque en el uso de la voz”.
Orgánicas Son habituales los nódulos o pólipos. A veces se trata de quistes u otras lesiones congénitas de las cuerdas vocales que afectan la voz.
Las patologías orgánicas pueden ser tanto benignas como malignas. La maligna más frecuente es el cáncer de laringe. “Muy relacionado con el tabaquismo, el alcohol y el reflujo gastroesofágico, el cáncer de laringe es el sexto más frecuente en el sexo masculino y uno de los 20 más comunes”, añadió el Dr. Ricardo Serrano. Las enfermedades orgánicas se tratan médica o quirúrgicamente, en algunos casos, con láser.
En ambos tipos de patología, el diagnóstico precoz es clave. La supervivencia del cáncer de laringe a 5 años de realizados los tratamientos y las intervenciones necesarias es superior al 66% por ciento, lo que convierte al este cáncer en uno de los más curables.
Por esto, que la población esté atenta ante cambios en la voz y consulte al otorrinolaringólogo, es el objetivo de la campaña por el “Día Mundial de la Voz”, el 16 de abril.
Láser de dióxido de carbono, la terapia favorita
Hace varios años, los tratamientos quirúrgicos de las patologías laríngeas exigían cirugías a cielo abierto, es decir, a través del cuello, y podían implicar desde extirpaciones parciales hasta la resección total de la laringe.
Hoy en día, se apunta a reemplazar aquellas cirugías invasivas por técnicas menos traumáticas; la favorita es el láser de dióxido de carbono, que permite la resección selectiva, sin dañar los tejidos vecinos sanos. Este tratamiento se efectúa por vía transoral y es ambulatorio.
La Argentina es uno de los pocos países de Latinoamérica que cuenta con cuatro equipos, uno de los cuales está disponible en el Hospital Universitario Austral. Fuente: Hospital Univ. Austral
Cuando hay un problema en las cuerdas vocales, la voz sale ronca, rasposa, apagada o entrecortada. Estos cambios, agrupados bajo el nombre de “disfonía”, por lo general se deben a un esfuerzo: haber ido a la cancha, haber estado en una discoteca donde el nivel de ruido era muy elevado, etc. Pero si la voz no mejora con los días, puede deberse a una enfermedad.
“Los cambios en la voz son herramientas para predecir enfermedades. Siempre que la disfonía dura 10 días o más, es necesario consultar al otorrinolaringólogo para descartar patologías orgánicas o funcionales detrás”, explicó el Dr. Ricardo Serrano, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario
Austral y especialista en Laringología y Cuidado de la Voz Profesional.
Quienes trabajan con la voz deberían consultar una vez al año al otorrinolaringólogo.
Las patologías detrás de una simple disfonía pueden ser de tipo funcional u orgánico:
Funcionales.
Están causadas por abuso o mal uso de la voz: hablar en exceso o más fuerte que lo normal, gritar, forzar la voz, cantar con una técnica inadecuada, inhalar humo de tabaco u otros gases o beber alcohol.
El “grupo de riesgo” está constituido por los profesionales de la voz –cantantes, docentes, profesores de educación física, vendedores ambulantes, recepcionistas, “que si no adoptan una cultura vocal son propensos a desarrollar enfermedades orgánicas en un futuro”, advirtió el Dr. Serrano. Enfatizó la importancia de “educar la voz”: “Si llega un paciente al consultorio con una patología funcional, se lo deriva a una foniatra que lo reeduque en el uso de la voz”.
Orgánicas Son habituales los nódulos o pólipos. A veces se trata de quistes u otras lesiones congénitas de las cuerdas vocales que afectan la voz.
Las patologías orgánicas pueden ser tanto benignas como malignas. La maligna más frecuente es el cáncer de laringe. “Muy relacionado con el tabaquismo, el alcohol y el reflujo gastroesofágico, el cáncer de laringe es el sexto más frecuente en el sexo masculino y uno de los 20 más comunes”, añadió el Dr. Ricardo Serrano. Las enfermedades orgánicas se tratan médica o quirúrgicamente, en algunos casos, con láser.
En ambos tipos de patología, el diagnóstico precoz es clave. La supervivencia del cáncer de laringe a 5 años de realizados los tratamientos y las intervenciones necesarias es superior al 66% por ciento, lo que convierte al este cáncer en uno de los más curables.
Por esto, que la población esté atenta ante cambios en la voz y consulte al otorrinolaringólogo, es el objetivo de la campaña por el “Día Mundial de la Voz”, el 16 de abril.
Láser de dióxido de carbono, la terapia favorita
Hace varios años, los tratamientos quirúrgicos de las patologías laríngeas exigían cirugías a cielo abierto, es decir, a través del cuello, y podían implicar desde extirpaciones parciales hasta la resección total de la laringe.
Hoy en día, se apunta a reemplazar aquellas cirugías invasivas por técnicas menos traumáticas; la favorita es el láser de dióxido de carbono, que permite la resección selectiva, sin dañar los tejidos vecinos sanos. Este tratamiento se efectúa por vía transoral y es ambulatorio.
La Argentina es uno de los pocos países de Latinoamérica que cuenta con cuatro equipos, uno de los cuales está disponible en el Hospital Universitario Austral. Fuente: Hospital Univ. Austral
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