Un estudio de la University College de Londres estudió el mecanismo por el cual el cerebro de las personas que tienen una visión positiva de la vida ignora las malas noticias. La clave está en el lóbulo frontal.
Al parecer, la mente del optimista es muy buena tanto en el arte de ignorar todo lo negativo como en el de procesar las buenas noticias sobre el futuro.
El cerebro elige a qué cosas le prestará atención. Por lo tanto, podría decirse que el optimismo es una suerte de disfunción de este órgano, un zapping sobre los elementos de la realidad.
Una asimetría en el grado de credibilidad que se otorga a la información recibida.
Los investigadores sometieron a varios voluntarios a una prueba en la cual debían estimar la probabilidad de la ocurrencia de acontecimientos tristes, como divorciarse o padecer un cáncer.
Luego se les infromó de la probabilidad real de que estas cosas sucediesen y debieron luego nuevamente dar su estimación.
Aquél que había estimado su probabilidad de contraer cáncer en un 40% en una primera instancia, al decírsele que en realidad era de 30%, la reestimaba en esa cifra.
En cambio, el que había hecho una primera estimación de 10% la mantenía en ese porcentaje o la subía apenas aun después de haberse enterado de que era de 30 por ciento.
En concreto, el optimista prácticamente ignora todas las noticias negativas a la vez que retiene una visión positiva del mundo, segun este estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, bajo el título "Cómo se mantiene un optimismo no realista frente a la realidad".
Los expertos también observaron con escáner lo que pasa en el cerebro en el momento en que se reciben buenas o malas noticias.
En el caso de las primeras, el lóbulo frontal de todos -optimistas o no- se veía fuertemente estimulado. En cambio, para las segundas, es decir, las malas noticias, lo era muy débilmente en el caso de los optimistas y muy fuertemente en el de los pesimistas.
"Hay un sesgo muy importante en el cerebro", explicó a BBC News Tali Sharot, uno de los investigadores, porque para los optimistas "los eslóganes alarmistas tales como 'fumar mata' no tienen impacto en ellos porque están persuadidos de que tienen pocas chances de contraer un cáncer de pulmón".
"Asimismo, frente a las estadísticas de 50% de divorcios, están seguros de que eso no los concierne", agregó.
En otro orden, el optimismo es bueno para salud. Estudios realizados en unas 100.000 mujeres muestran que el riesgo de infarto y de muerte era más débil entre las optimistas -9% y 14% respectivamente. Por el contario, las pesimistas tienen la presión arterial más alta y mayores índices de colesterol.
Afortunadamente, la cantidad de optimistas es elevada. Según los científicos del University College, llega a un 80% de la población. Fuente: BBC News
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